Damages es la niña de mis ojos. No es un hito en la historiografía catódica ni mueve masas enloquecidas de fans, pero Glenn Close y Rose Byrne son las responsables de una de las mejores primeras temporadas de los últimos diez años… Ahí lo dejo. No sé qué me hicieron, pero las dos primeras entregas de Damages me ganaron incondicionalmente hasta el final de la serie… o hasta su cancelación, de la que se salvó por los pelos gracias a DirecTV hace menos de un año. Y es que Damages nos deja al borde del ataque de nervios hasta en los rumores de producción… Será por eso que los seguidores incondicionales nos hemos quedado sin uñas hasta la aparición la semana pasada del primer avance de la cuarta temporada, de esperadísimo estreno el próximo 13 de julio. Suenen las alarmas seriéfilas: Patty Hewes y Ellen Parsons están de regreso.
Dicen por ahí, y es verdad, que la tercera temporada de Damages defraudó las expectativas, pero aceptémoslo: las dos primeras son insuperables. Y yo que soy un enamorado irredimible tengo la esperanza de que su regreso en el satélite de DirecTV le devuelva la reputación que ha merecido. Estrenada por FX en 2007, con los productores Glenn y Todd A. Kessler (Los Soprano) a la cabeza, Damages nos conquistó en la complicada tarea de reformular la ficción de abogados, dejando el procedimental de lado y apostando por la intriga criminal como indivisible de la justicia en nuestros días. Puede que los géneros lo tengan muy crudo para convencer a los críticos catódicos, pero hay consenso en que Damages encontró la fórmula perfecta para combinar entretenimiento y calidad en cada uno de sus capítulos… ¿Acaso no es la coartada perfecta para darle una nueva oportunidad?
Dicen por ahí, y es verdad, que la tercera temporada de Damages defraudó las expectativas, pero aceptémoslo: las dos primeras son insuperables. Y yo que soy un enamorado irredimible tengo la esperanza de que su regreso en el satélite de DirecTV le devuelva la reputación que ha merecido. Estrenada por FX en 2007, con los productores Glenn y Todd A. Kessler (Los Soprano) a la cabeza, Damages nos conquistó en la complicada tarea de reformular la ficción de abogados, dejando el procedimental de lado y apostando por la intriga criminal como indivisible de la justicia en nuestros días. Puede que los géneros lo tengan muy crudo para convencer a los críticos catódicos, pero hay consenso en que Damages encontró la fórmula perfecta para combinar entretenimiento y calidad en cada uno de sus capítulos… ¿Acaso no es la coartada perfecta para darle una nueva oportunidad?
La primera me gustó mucho. La segunda me entretuvo lo suficiente como para pasar un buen rato hasta ese final, algo chapucero, y sobre todo demasiado tramposo. Y la tercera regreso con fuerza pero se fue diluyendo con el paso de los capítulos. En definitiva, algo irregular pero siempre con la suficiente calidad como para estar pendiente de esta cuarta temporada.
ResponderEliminarDesde luego!! Es verdad que Damages dejó el listón demasiado alto en sus comienzo, y se reveló como una de las series más entretenidas e inteligentes de los últimos años. Sólo por eso, se merece la oportunidad. Y para mí no es ningún sacrificio...
ResponderEliminar