SPOILERS de la season finale de Once upon a time
Que digan que tu serie es la nueva Lost es una gran putada. No sólo por la posibilidad de defraudar expectativas generadas, sino por el propio hecho de la comparación. Y más cuando hablamos de una serie, la más mediática de la última década, que no dio puntada sin hilo, pero se dejó el pespunte abierto (para que luego digan que The Killing no ha resuelto el asesinato de Rossie Larsen en la primera temporada). Sin embargo, a la mayoría se nos siguen poniendo los pelos de punta cada vez que inútilmente reconocemos algo de aquélla en sus hermanas catódicas contemporáneas, porque si por algo ha pasado a la historia el primer blockbuster televisivo de J. J. Abrams es por haber practicado el arte de la intriga como ninguna. Después de las tangenciales coincidencias temáticas entre la veterana y Fringe, los batacazos de Flashforward, The Event y Alcatraz, y el fugaz parecido subconsciente de Awake, la última temporada televisiva nos ha presentado a la prima más cercana de Lost, que para algo comparte guionistas consanguíneos con ésta: Once upon a time.
Que digan que tu serie es la nueva Lost es una gran putada. No sólo por la posibilidad de defraudar expectativas generadas, sino por el propio hecho de la comparación. Y más cuando hablamos de una serie, la más mediática de la última década, que no dio puntada sin hilo, pero se dejó el pespunte abierto (para que luego digan que The Killing no ha resuelto el asesinato de Rossie Larsen en la primera temporada). Sin embargo, a la mayoría se nos siguen poniendo los pelos de punta cada vez que inútilmente reconocemos algo de aquélla en sus hermanas catódicas contemporáneas, porque si por algo ha pasado a la historia el primer blockbuster televisivo de J. J. Abrams es por haber practicado el arte de la intriga como ninguna. Después de las tangenciales coincidencias temáticas entre la veterana y Fringe, los batacazos de Flashforward, The Event y Alcatraz, y el fugaz parecido subconsciente de Awake, la última temporada televisiva nos ha presentado a la prima más cercana de Lost, que para algo comparte guionistas consanguíneos con ésta: Once upon a time.
Y aunque algunos se queden un poco ni fú ni fá ante la idea
de que Jack Sephard y Emma Swan puedan ser hermanos de ABC, lo cierto es que
resulta curioso descubrir el reflejo de Lost en una ficción tan aparentemente lejana
a las coordenadas de ésta. Tan sintomático como percibir el diálogo sobre el
mal que se establece entre Twin Peaks y The Killing a lo largo de dos décadas
(más allá de las particularidades argumentales), o entre Los Soprano y Breaking
Bad. No es nada nuevo hablar de la influencia genérica de J. J. Abrams, sobre
todo en una época en que el juego temporal y el discurso sobre la identidad
están a la orden del día, pero sí es para quitarse el sombrero ante una serie
que, sobre la base de cuentos aparentemente infantiles, es capaz de hablar de
la responsabilidad y la resignación a la infelicidad a la manera de Lost. Los
responsables: Adam Horowitz y Edward Kitsis, guionistas de aquélla, que se han mudado
a Storybrooke con el humo negro y la miga narrativa de los perdidos en la
maleta.
Porque entre cuento y cuento, Once upon a time muestra que
tiene muy mala leche para repartir entre Blancanieves, Cenicienta, Caperucita y
otras roomies de la cabaña del bosque. Más allá de su macguffin familiar y
ciertamente infantil, los mejores momentos de la serie son aquellos en que se
trata el nacimiento del mal y la corrupción del poder. Once upon a time es
mucho menos ñoña de lo que puede parecer: Emma quiere ser la salvadora de
Storybrooke tanto como Jack el de la isla; Regina tiene poco que envidiar al humo
negro de Lost (de hecho, ella tiene el suyo propio para impedir que cualquiera
se escape a lo happy ending); y Rumplestilskin se reveló como el manipulador
artífice de este nuevo juego dimensional tras dar un golpe de Estado con el que dominar
la realidad a golpe de varita. La serie retoma una construcción de personajes
sobresaliente a través de la efectividad narrativa en la que Abrams sentó
cátedra, y un discurso interesantísimo sobre los grises entre el bien y el mal.
Andersen y los Grimm tienen que estar muriéndose de envidia.
Once Upon a Time ha sido la clara sorpresa de la temporada, ya no sólo en cuanto a audiencias, sino en cuanto a serie que nos ha dado más de lo esperado. Porque...¿alguien en Octubre esperaba que OUAT estuviese entre los mejores estrenos de la temporada? Tienen mucho que contarnos en la segunda temporada, y espero que lo hagan también como hasta ahora. Y sí, OUAT es la más lostiana de todas las series nuevas, aunque sólo nos fijemos en los continuos guiños a la series de JJ.
ResponderEliminarHa sorprendido muy gratamente, y yo era de los primeros que sospechaba al ver el primer capítulo. Es verdad que lo de la comparación eterna es muy aburrido, y además yo no soy especial defensor de J. J. Abrams. Pero creo que la heredera de Lost tenía que ser una que no se pareciera en nada a ella (de hecho, la mayor enjundia de Lost es su narrativa, no tanto su argumento), y Once Upon a Time retoma muy bien el discurso sobre el destino y la responsabilidad, y la estructura ayuda mucho a dirigir a los personajes de cara al espectador, además de retratarlos.
ResponderEliminarMuchas gracias por el commento!! :DD