SPOILERS de la segunda temporada de Enlightened
La mejor manera de encontrarse a sí mismo es buscando en los
demás; algo que parece sacado de la Biblia o de una fábula de Esopo pinta mucho
mejor en capítulos de HBO. Así como dicen que a nadie le viene mal una visita
al psicólogo por muy bien apretadas que tenga las tuercas, Enlightened
sorprendería incluso a los más escépticos hacia cualquier heroína recién salida
de terapia. La serie creada y protagonizada por Laura Dern y Mike White asoló a la crítica desde el primer vistazo: una comedia única, sin precedentes, tan incómoda
como empática y adictiva. Esa rareza, que hizo que una media de
300.000 espectadores la hayan venerado hasta el final, impidió que la audiencia
mayoritaria –de una cadena de pago como HBO, ojo– llegara a conectar con ella y
la salvara de la cancelación. El propio White, padre de otra indie televisiva
por excelencia como Freaks & Geeks, sugirió que Enlightened existía en
cierta manera por y para un público especial. Enlightened nos invita a la vida
de los olvidados.
Amy Jellicoe (Laura Dern), la ejecutiva 'badass' que vuelve
de retiro espiritual convertida en la Teresa de Calcuta de la compañía Abaddon,
es egoísta, insoportable, incómoda y vergonzante, pero sus sinceras intenciones
acaban inclinando la balanza. En este punto, probablemente el primer capítulo, se
separan sus espectadores: si entras en el juego de Amy, si confías en su labor,
no tanto en el resultado como en el sentido, amarás Enlightened; si estás de
vuelta de 'discursos loser' como el de Mike White te costará enfrentarte a
ella. Y eso que su protagonista no es ningún paradigma de la bondad: el
personaje de Laura Dern vuelve para salvar al mundo de sus problemas como un
poco altruista medio para reciclarse a sí misma de la hija de puta que un día
fue, siempre en sus propios términos. Y puede que ésa sea una de las grandes virtudes
de Enlightened, pues sería imposible comprender a alguien que defiende el
revulsivo y la compasión sin haber pasado antes por el infierno, sin haber sido
antes una de nosotros.
Tanto en la reflexiva y un tanto errática primera temporada
como en su segunda entrega, más trepidante en el camino de Amy hacia la
destrucción de Abaddon –pullitas contra las crueles dinámicas empresariales en
tiempo de crisis mediante, otro de los discursos geniales de Enlightened–, la serie se
permitió enfrentar los fantasmas de su protagonista a los de aquellos que la
rodean, regalando los mejores capítulos. La lucha de Helen, madre de Amy
(interpretada por Diane Ladd, madre de Dern), por criar a sus dos hijas tras el
suicidio de su marido; la lucha de Levi (Luke Wilson) ante el alcoholismo y las
drogas; la lucha de Tyler (Mike White) ante su eterna e invisible soledad…
Enlightened es por encima de todo una serie sobre la esperanza frente al egoísmo, la frustración y
la desilusión gracias a la lucha de Amy, que se debate hasta el último momento
entre ella y el sacrificio de su 'buena acción' definitiva. Al final, en un
improbable pero ejemplar y efectivo agente de cambio, gana lo segundo. Pon a
Amy Jellicoe en tu vida.
Claro que pongo a Amy en mi vida! Esta segunda temporada me ha parecido una pasada. En la primera me costó entrar pero, cuando ha acabado la S02, he sentido que dejaba atrás una serie excelente, unos personajes memorables. Comentaba con gente de Twitter que el episodio del exmarido en rehabilitación y el del "ghost" han sido sencillamente excepcionales. Aún así, aunque nos duela la cancelación, los creadores han sabido rematar la serie de una manera muy digna. Gracias por el post!
ResponderEliminarLa 2T ha sido mucho más redonda: encontraron hacia dónde avanzar y además se recrearon con capítulos muy bonitos: el de Levi (y el capítulo de su regreso, en el top five), el de Tyler. Era la primera serie que veía todas las semanas; la vamos a echar mucho de menos :(
ResponderEliminarGracias, Cecilia!