El Barco es una de esas series españolas en las que los guionistas intentan trabajar honradamente, con ideas buenas, pero sin dinero. Se parece a El Internado, le gustaría parecerse a Perdidos y tiene mucho (demasiado) de Los Hombres de Paco. Incluso así es original y arriesgada, interesante y, por qué no, una de las mejores series que se ha hecho en España.
De Perdidos ha heredado la música, la tensión de los capítulos y esa angustia contenida que reina todo el rato en el barco; aunque sobre todo ha heredado (heredar como sinónimo de copiar, plagiar, inspirarse en, etc.) la tipografía de las letras de la serie y el comienzo, tanto en estructura, como en imágenes. Las dos series comienzan con un: “En anteriores capítulos” (cosa bastante habitual), luego muestran un pequeño adelanto del capítulo que van a emitir (lo suficiente como para que quede claro su planteamiento o quizás alguna escena sin tensión y que pretende ser divertida - en Perdidos, obviamente no solo lo pretendían - ) y, acto seguido, cortando en un momento de tensión: la cabecera. Es decir, el nombre de la serie en letras grandes y blancas con un fondo oscuro y con un sonido extraño (de distorsión en Perdidos, de radar de submarino - que no de barco - en El Barco).
De Perdidos ha heredado la música, la tensión de los capítulos y esa angustia contenida que reina todo el rato en el barco; aunque sobre todo ha heredado (heredar como sinónimo de copiar, plagiar, inspirarse en, etc.) la tipografía de las letras de la serie y el comienzo, tanto en estructura, como en imágenes. Las dos series comienzan con un: “En anteriores capítulos” (cosa bastante habitual), luego muestran un pequeño adelanto del capítulo que van a emitir (lo suficiente como para que quede claro su planteamiento o quizás alguna escena sin tensión y que pretende ser divertida - en Perdidos, obviamente no solo lo pretendían - ) y, acto seguido, cortando en un momento de tensión: la cabecera. Es decir, el nombre de la serie en letras grandes y blancas con un fondo oscuro y con un sonido extraño (de distorsión en Perdidos, de radar de submarino - que no de barco - en El Barco).
De El Internado tiene lo peorcito, es decir, varios actores (actrices en este caso) que realizan el mismo papel que en la otra serie, sobre todo Blanca Suárez; el empezar los capítulos y terminarlos con una niña contando su vida y el maldito emplazamiento publicitario que hace incluso cambiar tramas. Podemos estar tranquilos, si el mundo se acaba podremos seguir comiendo ensaladas Isabel y bebiendo Coca-Cola. Esto es lo que hace que una serie que pudiera ser muy buena se convierta en una españolada para vender; estamos convirtiendo el product placement en algo tan típico como la pandereta y los toros... Olé.
En cuanto a Los Hombres de Paco tenemos (aparte de actores), ese estilo de centrar todo el peso emocional de la serie en dos tramas amorosas principales y una (o varias) de comedia de sainete, es decir, unos protagonistas muy heroicos, muy dramáticos (hablo del Capitán, de su hija, de Ulises y de la doctora) y otros “graciosos” (me abstengo de poner más comillas por el momento) como son el Suboficial, la cocinera y Fiti y Wilma. Con lo que tenemos varios dramones y alguna comedilla (este término debería existir y significar comedia romántica con menos gracia y menos romanticismo que la peor de Sandra Bullock). Acción, amor y graciosillos, es decir, Los Hombres de Paco.
Colaboración de Alejandro Marcos
Esta vez escribo como lector en lugar de escritor jejeje Me ha gustado mucho el análisis comparativo; todos pensábamos acerca de las similitudes / copias entre este tipo de series, pero el elemento Coca-Cola me ha dejado hecho polvo (yo aún recuerdo el día que el personaje de Mario Casas en Los hombres de Paco fue a las clínicas Vitaldent). Aun así, se agradece que los guionistas españoles quieran innovar (el género en este caso, en el que el punto de partida es muy interesante, aunque el desarrollo sea desigual)... Además, he de confesar que me ha encantado la cabecera de El Barco jeje
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