viernes, 10 de junio de 2011

La ilógica del 'remake'

Teen Wolf tiene más bien poco de hombres lobo. Y eso que la nueva serie de la MTV no tiene demasiado que envidiar al resto de series del target teenager-juvenil que se emiten actualmente, y si no un vistazo a la CW. Los dos primeros capítulos de Teen Wolf son ciertamente entretenidos, modestos e intentan sortear los tópicos más manidos por la ficción adolescente, con más o menos suerte, pero sin pasarse de listos… El problema es que, sabiendo de antemano que Tyler Posey va a marcar mucho pectoral pero va a aportar poquito a la figura del hombre lobo… ¿para qué usurpar otro mito cinematográfico-catódico? Y es que yo me intereso mucho por la contaminación de la cultura televisiva… preocupantemente desde que a Telecinco le ha dado por remakear Damages y Cheers.

Y mucho más si nos referimos a un mito tan devaluado como el de los hombres lobo. Siempre por detrás de los vampiros en refinamiento y follabilidad, lo único que le falta al licántropo es ser el capitán de lacrosse del instituto para perder toda reputación monstruosa. Y es que, aunque no lo parezca y a los de la MTV no les importe, esto de ser hombre lobo tiene una interesante carga cultural-romántica detrás; se dice que muestra la cara B de la represión de los instintos humanos en la sociedad moderna. Pero en Teen Wolf no hay nada de eso… y lo malo es que tampoco lo pretende. El prota de la serie podría haber sido bombero, travesti o incluso inmigrante, que también está muy mal visto últimamente en los institutos, y se habrían ahorrado el dinero de los efectos especiales.

Y vale que el homólogo ochentero de Teen Wolf tampoco contara nada nuevo, pero Michael J. Fox se burlaba del hombre lobo, y ya se sabe que los tópicos tomados a risa sientan mucho mejor. Cualquier asomo de conflicto identitario en la nueva versión es superado en el primer capítulo; lo que importa después es ganar el partido y no llegar tarde a la cita con tu novia. Y es que la densidad social de una serie, la coartada para que True Blood pueda remakear un mito romántico porque le permite hablar de las drogas y el racismo y Battlestar Galactica haga otro tanto con una serie de los 70 consagrándose como un microrrelato sobre la humanidad; lo que hace que una ficción sea grande pese a su vampirización de la cultura, o precisamente por ello, es lo que le falta a Teen Wolf. La cuestión es que Teen Wolf tampoco quiere ser una gran serie.

2 comentarios:

  1. Aplausos. Me ha encantado la reflexión. En especial lo de "bombero, travesti o inmigrante".

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  2. Muchas gracias, Manuela!!
    Me cabrea tanto que hagan remakes sin sentido... Stop al mancillamiento de la cultura televisiva!! jeje

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