lunes, 14 de octubre de 2013

Olivia Pope, la amante (negra) de Estados Unidos


Dice Shonda Rhimes que no le gusta que Scandal llame la atención de los críticos por el hecho de que Olivia Pope, su personaje protagonista, sea negra. En un divertido reportaje de The New York Times (bien podría estar redactado por un guionista de Scandal, incluso por la misma Shonda), la productora sale con esta cita que es puro divismo: "Los personajes creados por gente que no son de color se pasan el tiempo hablando de cómo ven el mundo por el hecho de ser negros. No es así como funciona el mundo; yo soy negra y no estoy confusa al respecto". La cuestión no es que Olivia Pope sea negra, es que encima es 'la otra', la querida del presidente de los Estados Unidos, que se dice pronto. Si nos ponemos a rizar el rizo, el 'líder del mundo libre', como en la serie gustan de llamar al POTUS, es el único 'prota' masculino, blanco y heterosexual, y por si fuera poco su Primera Dama, su amante negra y su jefe de personal, que es homosexual, le vacilan continuamente. Quizá debamos hacer caso a Rhimes y dejar de juzgar a los personajes por ser hombres o mujeres, blancos o negros, y hacerlo por si son buenos personajes o no, pero en esto la creadora de network por antonomasia peca de humilde. Scandal es un milagro de la representación, aquí y en Pekin.

Y encima es una de las ficciones más vistas de Estados Unidos en plena crisis de la televisión en abierto. Cuando regalas un personaje tan potente como el que interpreta Kerry Washington, que se ha convertido en la última diva catódica de relumbrón, y tramas locas y taquicárdicas como las de Scandal, que seas negra es lo de menos, por mucho que te vistan todo el rato de blanco. De hecho, las referencias a que Olivia Pope, ex jefa de comunicación de la Casa Blanca y ahora directora de un gabinete de gestión de crisis, sea afroamericana se reducen a dos: el momento en que ella misma se compara con Sally Hemings, la concubina negra de Thomas Jefferson, y cuando confunden a su empleada Abby con ella por el hecho de ser blanca y salta con su "Yo soy Olivia Pope". Lo cierto es que a Shonda Rhimes siempre le persigue la sombra de lo racial, y esta vez le ha venido bien para legitimar su soap opera política. La productora negra por excelencia, víctima del braguetazo definitivo de ABC (Anatomía de GreyPrivate Practice han protegido las cifras de la cadena durante años), crea una protagonista de color, profesional intachable, que mantiene a Norteamérica a salvo de cuernos y magnicidios. Con esto eres pura carne de columna y nominación.

Aunque estos rollos de representación (cómo la tele refleja determinadas cuestiones o grupos sociales) se nos pasen por alto es un debate que está siempre en la mesa, sobre todo porque los anunciantes se mueven en estos términos categóricos. Un par de apuntes: Olivia Pope es la primera protagonista negra de un drama en la pequeña pantalla en abierto desde Busquen a Christie Love, en 1974, y el hecho de que Sleepy Hollow haya fichado a Nicole Beharie como cabeza de reparto todavía parece un suicidio. En el caso de Scandal, a lo racial se suma lo femenino. ¿Cómo puede liderar una serie y triunfar a lo personajazo una mujer que se ha metido en el matrimonio del presidente de Norteamérica? Preguntadle a Olivia. La serie parece en ocasiones un ensayo sobre la infidelidad; en su papel de amante de los Estados Unidos, Pope se encarga de salvar de la quema a queridas de reverendos y esposas infieles de senadores y a moderar terapias de pareja por doquier mientras se enfrenta a los envites de la diabólica y despechada Primera Dama. ¿Tanto están cambiando los discursos y las tradicionales audiencias? Si por Shonda Rhimes fuera, sí; Scandal es un pelotazo de personajes sin habernos metido todavía en harina, en los speeches sobre 'gladiadores en traje' o 'sombreros blancos' (mátame, camión). Con debates ideológicos como éstos, que consiguen audiencias, reviews especializadas, portadas en EW y nominaciones a los Emmy, ¿quién necesita una serie de calidad?

2 comentarios:

  1. Me ha encantado el post, muy de acuerdo. Pero aunque Shonda no quiere que se haga mención a eso, no paro de leer posts sobre Olivia siendo negra, mujer y principal protagonista de una de las más exitosas series de Estados Unidos.

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  2. Totalmente cierto. Yo creo que es un poco postureo. Judy Smith, la persona que inspiró el personaje, es amiga de Shonda y colaboró en la producción de Anatomía; no me extrañaría que Rhimes tuviera en la cabeza crear una super diva negra antes de que Scandal se convirtiera en tal boom.

    Gracias por el comentario :))

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