Dice Shonda Rhimes que no le gusta que Scandal llame la
atención de los críticos por el hecho de que Olivia Pope, su personaje
protagonista, sea negra. En un divertido reportaje de The New York Times (bien
podría estar redactado por un guionista de Scandal, incluso por la misma
Shonda), la productora sale con esta cita que es puro divismo: "Los personajes creados por gente
que no son de color se pasan el tiempo hablando de cómo ven el mundo por el
hecho de ser negros. No es así como funciona el mundo; yo soy negra y no estoy
confusa al respecto". La cuestión no es que Olivia Pope sea negra, es que
encima es 'la otra', la querida del presidente de los Estados Unidos, que se
dice pronto. Si nos ponemos a rizar el rizo, el 'líder del mundo libre', como en
la serie gustan de llamar al POTUS, es el único 'prota' masculino, blanco y
heterosexual, y por si fuera poco su Primera Dama, su amante negra
y su jefe de personal, que es homosexual, le vacilan continuamente. Quizá debamos hacer caso a Rhimes y
dejar de juzgar a los personajes por ser hombres o mujeres, blancos o negros, y
hacerlo por si son buenos personajes o no, pero en esto la creadora de network por antonomasia peca de
humilde. Scandal es un milagro de la representación, aquí y en Pekin.
Aunque estos rollos de representación (cómo la tele refleja determinadas
cuestiones o grupos sociales) se nos pasen por alto es un debate que está
siempre en la mesa, sobre todo porque los anunciantes se mueven en estos términos
categóricos. Un par de apuntes: Olivia Pope es la primera protagonista negra
de un drama en la pequeña pantalla en abierto desde Busquen a Christie Love, en 1974, y el hecho de que Sleepy Hollow haya
fichado a Nicole Beharie como cabeza de reparto todavía parece un suicidio. En
el caso de Scandal, a lo racial se suma lo femenino. ¿Cómo puede liderar una
serie y triunfar a lo personajazo una mujer que se ha metido en el matrimonio
del presidente de Norteamérica? Preguntadle a Olivia. La serie parece en ocasiones
un ensayo sobre la infidelidad; en su papel de amante de los Estados Unidos, Pope se
encarga de salvar de la quema a queridas de reverendos y esposas infieles de senadores
y a moderar terapias de pareja por doquier mientras se enfrenta a los envites
de la diabólica y despechada Primera Dama. ¿Tanto están cambiando los discursos
y las tradicionales audiencias? Si por Shonda Rhimes fuera, sí; Scandal es un
pelotazo de personajes sin habernos metido todavía en harina, en los speeches sobre 'gladiadores
en traje' o 'sombreros blancos' (mátame, camión). Con debates ideológicos como éstos, que consiguen audiencias, reviews especializadas, portadas en EW y
nominaciones a los Emmy, ¿quién necesita una serie de calidad?
Me ha encantado el post, muy de acuerdo. Pero aunque Shonda no quiere que se haga mención a eso, no paro de leer posts sobre Olivia siendo negra, mujer y principal protagonista de una de las más exitosas series de Estados Unidos.
ResponderEliminarTotalmente cierto. Yo creo que es un poco postureo. Judy Smith, la persona que inspiró el personaje, es amiga de Shonda y colaboró en la producción de Anatomía; no me extrañaría que Rhimes tuviera en la cabeza crear una super diva negra antes de que Scandal se convirtiera en tal boom.
ResponderEliminarGracias por el comentario :))