domingo, 24 de abril de 2011

Juego de Tronos para principiantes

Juego de Tronos ha sido el estreno televisivo más juzgado de la temporada. No me equivoco en eso. Y mucho menos al decir que también ha sido el más esperado, aunque eso es más comprensible teniendo en cuenta el bombardeo diario de sneak previews que hemos sufrido (algunos tomaréis el verbo sufrir en su acepción negativa, y otros en la positiva; en este punto tenéis libertad) y, sobre todo, la contribución de los fieles seguidores de la saga literaria a esta campaña publicitaria. Y es que para aquellos que no hemos leído ninguna de las novelas de George R. R. Martin que componen Canción de hielo y fuego (y para los que ni siquiera hemos visto uno de los miles de teasers colgados en la red), enfrentarnos al primer episodio de Juego de Tronos “a pelo” es todo un reto. Sin embargo, creo sinceramente que despojar al estreno de las expectativas generadas por los lectores es un punto a favor de la serie… O dicho de otra manera, creo que muchos lectores han debido de sentirse decepcionados porque, y aquí es donde puedo granjearme enemistades, el piloto de Juego de Tronos no es para tanto.


Desmontando falsos mitos, hay que decir que Juego de Tronos no es El Señor de los Anillos. Pese a estar ambientada en un mundo ficticio medieval (es innegable que la cabecera de imágenes animadas – una de las intros más bonitas y didácticas vista en mucho tiempo – tiene ese airecillo nostálgico de los mapas de situación incluidos en este tipo de novelas de fantasía), las diferencias entre las adaptaciones cinematográfico-televisivas de Tolkien y Martin son considerables. Y es en este punto donde Juego de Tronos se desmarca; sus ambientes de oscuridad (el comienzo es digno de una peli de terror), confabulación (el final es sobrecogedor) y sordidez (su suciedad es de lo mejor de la serie, aunque muchos desnudos “canten” por innecesarios) sitúan a Juego de Tronos más cerca de un peplum sangriento (la primera escena huele a Gladiator) o de la intriga palaciega (Elizabeth o Los Tudor) que del idealismo de las sagas fantásticas literarias.

En cuanto a la segunda leyenda urbana, Juego de Tronos no es Los Soprano, y tiene poquito de la HBO más clásica. Es posible que los lectores de Canción de hielo y fuego vean a los mafiosos de Nueva Jersey en Invernalia, pero lo visto hasta el momento no se acerca ni de lejos; si en próximos capítulos veo algo de Tony Soprano en cualquiera de sus personajes, la seguiré hasta el final. Juego de Tronos tampoco cumple con lo esperado de una serie de la HBO; cualquier piloto emitido por esta cadena en los últimos años (véase Treme, Boardwalk Empire, e incluso True Blood) tiene un desencadenante histórico o socio-cultural más significativo que esta nueva apuesta. Juego de tronos es pura ficción, puro entretenimiento. Y eso no es malo (de hecho, ha sido mucho más visto que los ejemplos anteriores), pero no está de más tener en cuenta que podría haber sido llevada a la pequeña gran pantalla por cualquier otro canal con el mismo potencial económico.

Aunque Juego de Tronos no tenga todas esas cosas, tiene otras igualmente muy buenas. Es cierto que, pese a no haber satisfecho algunas expectativas muy optimistas, el del domingo pasado fue un buen estreno. Es una serie bien interpretada, bien dirigida (Tim Van Patten nunca decepciona, de ahí su gran currículum) y muy bien ambientada; el primer episodio plantea perfectamente las líneas de continuidad y crea gran tensión (simplemente la frase “Winter is coming”, título del episodio, suena como una una amenaza para los próximos capítulos, y el final del piloto es de impresión)... Juego de Tronos promete mucho más por el desarrollo de su primer capítulo que por toda la campaña que le ha precedido; es uno de esos casos en que la maquinaria publicitaria ha hecho flaco favor a una serie con un comienzo modesto que, sin embargo, tiene toda una temporada por delante para hacer que nos quedemos con ella. Y es que, para qué engañarnos, mola mucho más el tono sórdido y tenebroso de Martin que la ñoñez extrema de Tolkien...

2 comentarios:

  1. Martin rules, a Tolkien que le den! Ahora en serio, atento al enano, es todo un mafioso y de los muy listos. Es mi favorito.

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  2. El enano da un miedito... Yo he de decir que quiero hacer una excursión al muro... tiene que molar un montón. Todavía no he visto el tercero, a ver si me pongo al día. De momento me está conquistando, y mira que a mí estos rollos ni fu ni fa...

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