miércoles, 15 de junio de 2011

El efecto Mad Men

Ni siquiera la perseverancia de Matthew Weiner, excesiva en ocasiones, ha logrado que los astros catódicos se alineen para que podamos disfrutar de Mad Men antes de 2012… Y más de un año y medio desde la emisión de la season finale de la cuarta temporada hasta el previsto comienzo de la quinta es mucho síndrome de abstinencia. Aunque parece que algunos proyectos anunciados en las upfronts de mayo quieren aliviar nuestro mono para después del verano... Puede que no recuperemos a Don Draper ni a Peggy Olson, pero con Pan Am (ABC) y The Playboy Club (NBC) vamos a tener dosis de sixties para rato. Algunos estarán encantados con el sucedáneo, y otros dirán de antemano que estas ficciones de consolación son incomparables al premio gordo, y con razón.

La serie que dio el bombazo en la AMC a mediados de 2007 es mucho más que nostalgia sesentera. Puede que debamos agradecer a su estreno el poder lucir otra vez corbatas estrechas, raya en el pelo y vestidos a lo Jackie Kennedy, pero Mad Men va más allá de lo aparente. Ambientada en plenos 60, los chicos de Sterling & Cooper nos demostraron que lo cortés no quita lo valiente. Son “hombres locos” por trabajar en la empresa epicéntrica de la vanguardia creativa en publicidad, sí, pero no pueden escapar al inmovilismo político, social y cultural instalado incluso en los despachos más modernos de Madison Avenue. Y es que los protagonistas de Mad Men ya querrían para sí la libertad de la que hacen gala en la oficina…

No me equivoco al decir que Mad Men es la ficción más alabada desde Los Soprano, y es curioso que compartan showrunner; Weiner ha reinventado a Tony y Carmela en Don y Betty Drapper. Él, desertor de Corea convertido en el creativo publicitario del momento siempre entre la espada y la pared, entre su mujer y las demás, entre el oficio y el vicio; ella, enferma del síndrome housewife a la que se le acaba viendo el plumero harta de esperar a que su marido vuelva del curro… Y es que no hay revolución de los 60 que valga: Mad Men es un espejo en el que se reflejan aquellos a los que todavía hoy les cuesta decidir entre lo que tienen y lo que desean, que son muchos…


Por todo esto parece que The Playboy Club y Pan Am lo tienen muy chungo... Véase Los hermanos Donnelly tras Los Soprano; puedes tener un gran guión para emular a los grandes, pero tienes que decir algo más que ellos. Mad Men es única por hablar de lo actual a través de una época de tradición y conflicto, y las que le sigan tendrán que cambiar de tercio… Quizá por eso Pan Am parece querer actualizar el contexto de moda con tintes de soap-opera, y The Playboy Club a través de la intriga criminal, y confiemos en que sean capaces de alumbrar algo nuevo y rompedor… Porque ya se sabe que un traje de franela gris y un par de peep toes no hacen a Mad Men.

2 comentarios:

  1. Yo voy a tener sobredosis de sixties, porque Mad Men la tengo colgada sin acabar la primera temporada, y para la quinta quiero estar al día.
    La verdad es que era un poco escéptica de las otras dos, porque no es lo mismo el cable que las networks, pero parece que prometen.

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  2. Pues tienes que ponerte enseguida con ella jeje. Mis preferidas son la primera y la tercera, pero la verdad es que nunca defrauda... Luego dicen que si es cansina en los premios, pero es que lo merece... aunque es verdad que juega en una liga distinta. Yo también soy muy escéptico, sobre todo respecto a Pan Am, pero habrá que ver qué nos cuentan jeje
    Un saludo!

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