Pan Am es descarada, facilona, utópica, cliché y empalagosa; Pan Am desafía las leyes de la verosimilitud, la masculinidad y la diégesis, y aún así es uno de los mejores estrenos de la temporada. Y lo cierto es que no sabemos muy bien por qué; Pan Am no es Ringer, imprescindible en su bizarrismo, ni True Blood, que nos ha cogido el brazo después de darle la mano. Lo de las azafatas de ABC es un cuento hiperrealista de nostalgia sesentera, y parece que nos ha conquistado por su frescura, su optimismo, y sobre todo, por su honradez. Lo que demuestra que no hay que tirar de densidad dramática a lo Weiner o de la transgresión formal de Murphy para hacer honor a un contexto y unas referencias concretas… Las networks ya no tienen complejo HBO; son capaces de cumplir lo prometido al espectador a base de historias con mucha miga de originalidad. En el preciso instante en el que el efecto Mad Men empezó a dar dolor de cabeza (sí, me refiero a The Playboy Club), Pan Am llegó haciendo caso omiso del envoltorio histórico y social y pasó directamente a darnos envidia de sixties.
A Jack Orman (Urgencias) y Thomas Schlamme (El ala oeste de la Casa Blanca) no les da vergüenza ser mitad novela de Danielle Steel, cuarto de culebrón venezolano y popurrí kitsch de referencias para el resto… De hecho, es posible que el eclecticismo del que hace gala Pan Am sea la única manera de contarnos esta contemporanísima historia sobre la aerolínea estadounidense más importante durante 60 años. Las hermanas Kate y Laura, ambas azafatas, la mayor espía del gobierno anticomunista, la pequeña recién huída de su boda; Colette, una francesa muy echada pa'lante con un pasado muy duro; Maggie (Christina Ricci), capaz de arriesgar el empleo por su fanatismo a lo Kennedy; Ted (Michael Mosley), piloto militar relegado al vuelo comercial… Todos parecen ser hijos del espíritu bigger than life que la ABC ha querido otorgar a la Pan American American Airways, una excusa para hablarnos de originales experiencias sobre confianza, sueños y otros subidones de glucosa.
Seguro que hemos oído mil veces acerca de ambición, valentía y superación de lo tradicional, pero nunca de boca de Pan Am. Es más, lo mejor que podían hacer los productores para que nos tomáramos en serio tanto algodón de azúcar era hacer otro tanto con su propio proyecto. Pan Am es irreverente, autodidacta y sinvergüenza; la serie roba a la historia la época, se apropia de la imagen colectiva de las ciudades capítulo a capítulo, aprovecha tópicos culebroniles y tramas a lo novela rosa, pone formas muy clásicas y usa flashbacks cuando le da la gana. Lo curioso es que tal jaleo referencial no se extiende a la esencia de la serie; Pan Am tiene grandes y muy particulares personajes, combina la serialidad y lo conclusivo como buena serie de network, es coherente en sus líneas de continuidad y respeta el leitmotiv idealista que ha prometido al espectador. Y aun así, parece que crítica y público no nos ponemos de acuerdo una vez más; Pan Am planea sobre la cancelación, pero no será por no haberse currado el volar con nosotros.
Me parece que a pesar de sus numerosos errores, principalmente en la forma de ciertos personajes y en las relaciones entre ellos, Pan Am tiene todo lo necesario para poder convertirse (si ABC lo permite) en una serie de calidad. Me gusta su tono, su color, su artificio, el intercambio de paisajes exóticos por las diáfanas cabinas de avión. Y Colette, claro.
ResponderEliminarSaludos!
Yo tampoco entiendo por qué nos gusta Pan Am! Yo creo sinceramente que nos ha conquistado su espíritu; es humilde y sincera, y encima tira de nosotros con esa nostalgia histórica tan aparente. No quiero quedarme sin ella!
ResponderEliminarMuchas gracias por el comment!
No es que sea una maravilla, pero semana tras semana se ha ido mejorando, con unos personajes bastante interesantes sin ser muy tridimensionales tampoco.
ResponderEliminarYo no se qué le ha dado a todo el mundo con Colette, pero prefiero antes a la espia, que tiene un trama más jugosa.
Saludos!
Estoy totalmente de acuerdo jeje Me encanta la azafata espía. Lo cierto es que aunque sea muy ñoña y muy facilona en ocasiones (yo creo que es pretendido) tiene historias muy originales y personajes muy currados. Y ese rollo glamuroso de los sesenta es algo que gusta a todos, sí o sí.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comment, y un saludo!!