jueves, 23 de junio de 2011

'Lo que debes entender sobre reyes'


Eso es lo que el Gran Maestre Pycelle intenta explicar en la season finale de Juego de Tronos… Y es sólo uno de los síntomas de que nada puede darse por supuesto en la primera entrega de esta serie; la ficción catódica basada en Canción de Hielo y Fuego ha conseguido dar la vuelta a todo lo que esperábamos de ella. El esperadísimo estreno de abril generó un interesante freakie-debate entre los más escépticos, donde se contaban amateurs no lectores e incondicionales de la saga literaria con poca confianza en la adaptación televisiva, y los más entregados, a los que les bastaba con ver a los personajes en carne y hueso en una producción de la HBO. Pero no hay prejuicios ni expectativas que valgan; meses después de su comienzo ha quedado claro que Juego de Tronos rompe todos los esquemas.

Juego de Tronos conquista a apocalípticos e integrados… Los productores David Benioff y D. B. Weiss, con el respaldo de George R. R. Martin y realizadores curtidos en la HBO como Tim Van Patten y Alan Taylor, han sacado adelante una de las mejores series del año; dedicó los primeros capítulos a presentar a los protagonistas y las principales líneas de continuidad, calentando motores para una recta final de infarto: el ajusticiamiento de Ned Stark, la transformación de Daenerys o la elección del Muro por Jon Nieve son ejemplos de las vueltas que da la vida por Poniente. Pero no sólo de cliffhangers vive Canción de Hielo y Fuego...

Juego de Tronos es una serie de personajes que no renuncia al entretenimiento. Convence por su excelente construcción de protagonistas, uno de los aspectos más temidos por los seguidores de Martin. Aunque ya se sabe que la reformulación televisiva puede dificultar una dedicación a los personajes tan esmerada como en la versión original, la ficción destaca por su sutileza a la hora de permitirnos entrar en cada uno de ellos; la desesperación de Viserys por recuperar el trono, la perseverancia de Cersei para proteger su linaje, la inferioridad de Tyrion o Nieve frente a su familia…


Y aunque no acabemos entendiendo mucho sobre reyes, si que nos explicamos ahora por qué la HBO ha apostado por Canción de Hielo y Fuego. Lejos de la moralidad y el rollo parabolista de otras sagas fantásticas, Juego de Tronos es como la vida misma. No habla, o al menos no todavía, del conflicto entre el bien y el mal, ni de la justicia ni de la redención… Juego de Tronos melodramatiza las convenciones del género fantástico de forma esperpéntica, deformada, excesiva, para hablar de la familia, la sangre, la confianza y la corrupción del poder. Es tan sucia y tramposa como la realidad.

2 comentarios:

  1. Es sucia, despiadada, sangrienta, no deja títere con cabeza el señor George R.R. Martin cuando escribe.
    Está claro que han conseguido retratar bien a los personajes en la serie que era uno de los aspectos más importantes.

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  2. Desde luego ha sido una de las sorpresas del año. Al principio dudé por qué la HBO se metía en un proyecto tan "mainstream"; la calidad no está reñida para nada con el entretenimient.
    Un saludo!!

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