lunes, 18 de junio de 2012

De parejas, Antonioni y Wong Kar-wai

Lo de cuanto más viejo más pellejo también le pasa a Don Draper. Los que pensaron que el rutilante compromiso del publicista al que se rifan todas las de la avenida Madison era la tormenta antes de la calma definitiva estaban equivocados; Matthew Weiner y compañía se han limitado a cambiar el desencanto de un apartamento a otro. Con esto como punto de partida (o punto y final, según se vea) Mad Men ha firmado la quinta temporada con el mejor de sus trazos hasta el momento, probablemente. Dos años de espera y a la vejez, viruelas; la ficción ha regresado mucho más atrevida y más cínica, con una contemporaneidad de ambiente y discurso (Resnais y Antonioni se asoman en cada fotograma) preparada para Woodstock. Que Mad Men haya abandonado los rancios suburbios de los early 60 parece haberle hecho perder en sutilidad, pero su reflexión sobre eso tan norteamericano del pursuit of happiness ha ganado enteros en profunda y desesperante ahora que los 70 están a una calle de distancia. Mad Men se ha hecho mayor, y mucho más desoladora en consecuencia.

En Sterling Cooper Draper Pryce, lo tradicional sigue a tiros con lo nuevo, una dialéctica veterana en la serie sobre la que se remata que a más modernos más infelices, porque también somos más viejos. En esta temporada, son las mujeres las que sientan a la oxidada cúpula ejecutiva en la parte de atrás y se ponen al volante de la serie como vertebradoras de todas las tramas y la acción narrativa. El protagonismo femenino (Megan, Peggy, Joan, Jane, Beth) ambiciona lo que lo social le ha impedido tener anteriormente, señalando con el dedo las faltas morales y emocionales de los mad men (véase The other woman, uno de los capítulos más sucios –y menos sutiles– so far). Los hombres, a verlas venir, se salvan con más o menos suerte: Sterling reacciona ante la muerte de su matrimonio (vía LSD); Pete Campbell se instala en lo cómodo de ser un Don Draper más feo y patético; y el Don Draper original se trabaja la felicidad de su esposa acercándose peligrosamente a la infidelidad.


Es precisamente la pareja el discurso sobre el que profundiza con exhaustividad la quinta entrega de Mad Men. Y es que bastante tiene el personaje de John Hamm con sus complejos como para hacerse cargo de los de su mujer... En capítulos como Far away places o The phantom, Weiner persevera en el diálogo entre lo convencional y lo moderno en el que ha sentado cátedra, entre la apariencia estilizada y el insondable interior de sus personajes, para hablar con mejor forma que nunca sobre la figura del matrimonio. Si bien el planteamiento clásico de representación en la ficción tiene poco que ver con la Nouvelle vague y el cine moderno, Mad Men ha rescatado inconscientemente composiciones estéticas que cineastas como Michelangelo Antonioni (La aventura) o Wong Kar-wai (Deseando amar) emplearon para hablar sobre la contemplación de la felicidad, el desamor y la madurez sólo con imágenes. Su temporada más cómica y aparentemente tosca ha confirmado que Mad Men sigue siendo, gracias tanto a lo escrito como a la significación audiovisual, un imprescindible televisivo en delicadeza y sensibilidad dramática. God save Mad Men.

3 comentarios:

  1. Me han gustado mucho las comparaciones que has establecido. Te felicito por tu review y su punto de vista. En mi caso, quizá esperaba una temporada más equilibrada, por decirlo de alguna manera. A nivel argumental creo que se ha quedado escasa en algunas historias (como la de Betty (ya que la planteas, desarróllala. Si no, mejor cárgatela).

    Ya por último, creo que junto a la búsqueda de la felicidad Mad Men tiene como gran tema la búsqueda de la identidad personal. En el fondo todos los personajes tratan de encontrar su lugar en el mundo y en una sociedad, además, que está camino de labrarse su propio "yo".

    Saludos!

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  2. Gran review :)
    A mí me ha parecido una temporada magnífica, Mad Men mejora en cada temporada y la inclusión de los toques cómicos yendo de extremo a extremo hacia el drama ha sido lo mejor, y lo que han mejorado personajes como Roger o Joan.
    Qué mala va a ser la espera...

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  3. bvalvarez:

    Muchas gracias, y me alegro de que te haya gustado :D. Estoy de acuerdo en que algunas cosas la temporada ha sido algo irregular (sobre todo en el personaje de Peggy), pero creo que es parte de la evolución, y que retomarán eso más adelante. Creo que las temporadas de Mad Men nunca han sido totalmente redondas. Me pareció muy interesante lo de Antonioni; está en todas partes en Don y Megan, y al fin y al cabo es uno de los directores que mejor ha hablado sobre la pareja... Sobre ese, la 5T ha sido muy exhaustiva a la par que sutil.

    Muchas gracias por el comment :DDD

    David:

    Yo también creo que le ha venido muy bien el cambio de aires a la temporada. Tanto en lo cómico con en el apartado contextual, se ha vuelto mucho más contemporánea, y creo que es para ponerse al día con los 70. Roger y Joan han ganado enteros, sobre todo él, que siempre ha sido un personaje muy lateral. El final me ha parecido genial (pienso que lo de la canción de Nancy Sinatra, algo también muy criticado, es otro intento por ponerse al día y sintonizar la ficción con la época que se acerca).

    Muchas gracias, David :DD

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