lunes, 16 de mayo de 2011

Proyecto Deadwood (II), o las razones para no perderse la primera temporada

“Es más fácil conseguir que un actor se convierta en vaquero que convertir a un vaquero en actor”, que decía John Ford. Sin embargo, Deadwood actualiza al padre del género con una ración de tiros a lo siglo XXI. Porque, como ya hemos comentado en el blog, además de haberse consagrado como el western catódico por excelencia, el far west de la HBO ha convertido lo más negro de la historia americana en un relato televisivo que fascinaría a los incondicionales del oeste. Y es que Deadwood sí ha conseguido que hasta los pistoleros del Ford más clásico se mueran de envidia ante los habitantes reales de Dakota del Sur... Razones, aquí (con algún SPOILER de la primera temporada de por medio).

Protagonistas “de armas tomar”.
No hay mejor forma de describir que a través de un tópico, Woody Allen dixit. Y eso que los vecinos de Deadwood son de todo menos típicos; por algo están basados en personas reales. Timothy Olyphant interpreta a un sheriff de lo más particular; Seth Bullock, comisario renegado y camuflado de ferretero en Deadwood, harto de dar de comer cadáveres a los cerdos, vuelve a calzarse la estrella. Y es que si quieres algo bien hecho, mejor hazlo tú mismo. Al Swearengen (Ian McShane) sí que es poco prototípico; así de malos sólo los hay en la realidad… pero es que tener un bar en el lejano oeste es poco rentable. Lo que sí da pasta es tener una mina de oro, pero también muchos enemigos. Que se lo digan a Alma Garret (Molly Parker)… por algo está enganchada al láudano. 


La justicia y la redención o aquí no hay western. En toda peli del oeste, hasta el más justo tiene que dar un par de guantazos de vez en cuando… incluso los hay que se cansan de cargarse a tó quisqui y se vuelven buenos. La primera escena de Deadwood es una declaración de intenciones: el sheriff Bullock se enfrenta a unos pistoleros que buscan la muerte de un preso. Cuando los ha convencido, ahorca al preso para hacer cumplir la ley. Y es que la justicia westeriana es muy complicada… La redención la pone Bill Hickok (interpretado por Keith Carradine). El Willian Munny de Deadwood está cansado de que todos se meen encima cuando le ven llegar… pero tan manso se vuelve que se lo cargan a mitad de temporada. ¿Qué dirá Eastwood de esto?

El amor imposible. Y no sólo para el western; se dice que toda serie se articula alrededor de una Tensión Sexual No Resuelta. La historia de Seth Bullock y Alma Garret es de las que te enganchan desde el principio, y eso que no consuman hasta la season finale. Ella, recién enviudada de un hombre al que no quiere y perseguida por la mitad de carroñeros de Deadwood. Él, casado con la mujer de su hermano a la muerte de éste, ocupado en arreglar los desaguisados de todos los vecinos. Hay quien de la necesidad hace un sayo, sí, pero Olyphant y Parker desprenden chispas. Y es que hasta los amantes del western tenemos corazoncito.  


Y por último, tiros, bourbon… y un poco de Historia. El sello de la HBO desde el primer capítulo, vamos. Uno de los requisitos para que nos creamos que lo que pasa en un relato del oeste dice algo de verdad es la ambientación. Deadwood no debe fidelidad sólo al género; de ahí sus exteriores en California, escenografía y vestuario… también a la realidad; las referencias históricas, desde la corruptela alrededor de los tratados de anexión, a las epidemias de viruela o el tráfico de drogas, enriquecen el legado de Deadwood y la importancia sociocultural del western. ¿Se le puede pedir más a una peli del oeste?

3 comentarios:

  1. Offtopic: queremos que El Club Silencio vea "Freaks and Geeks" y dé su opinión.

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  2. Jejeje veeenga, vaaale. Voy a buscarla y a preparar el proyecto Freaks and Geeks!!

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  3. Laura, también quiero impresiones sobre el piloto de Deadwood! :D

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